¿Quieres conectar de manera exitosa y diferenciarte de un mercado altamente competido? Empieza por pensar en una propuesta de valor para tu marca.
No basta solo con tener un producto perfecto o una buena calidad en el servicio previo o posterior a la compra, esto debe ser comunicado.
Debes darle motivos al comprador para que te prefiera a ti y no a la competencia que puede vender un producto similar, incluso más barato.
Piensa en eso que te hace único y tenlo presente dentro de tu discurso, la capacitación de tus empleados y la comunicación a cliente final.
¿Qué es una propuesta de valor?
Básicamente y en pocas palabras define eso que te diferencia, te hace único y que reúne esos motivos por los que deberían comprarte.
Vamos a un ejemplo sencillo, si tu fueras una marca y tuvieras entrevistas ¿qué dirías para que te eligieran a ti y no a otro?
¿Acaso sería tu experiencia laboral?, ¿la rapidez que tienes en tu trabajo?, ¿o entrarías más a fondo para examinar qué necesitan de lo que tienes?
Seguro la respuesta sería una combinación de las 3, pero priorizando la última opción, porque entender las necesidades será clave para conectar.
La propuesta de valor para tu marca, debe incluir también las soluciones a un problema puntual de los usuarios.
Te preguntarás y si vendo ropa, ¿cuál es la solución al problema? ¡varias! La comodidad, la tendencia, la versatilidad, el material, la economía, la exclusividad.
En fin, puedes pensar en cuantas cosas se te ocurran, pero lo importante es que estudies muy bien a tu cliente para saber qué darle.
Por ejemplo, marcas como Apple están enfocadas en innovar, en ser pioneras en su industria y ese es su valor.
Y ese valor es lo que determina que un usuario prefiera invertir un presupuesto determinado por el precio ofrecido.
¿Cómo crear la propuesta de valor para tu marca?
Aquí no te diremos cómo hacerlo puntualmente, porque hay muchas cosas que dependerán de tu negocio, usuarios y demás.
Lo que sí podemos compartirte es una serie de consejos y pasos que resultan bastante útiles si piensas crear la tuya.
Ten claro lo que tienes
El primer punto, aunque parezca muy obvio, es tener claro eso que tienes para dar y con lo que pretendes marcar la diferencia.
Vuelve a tus orígenes y pregúntate cuál fue el motivo para crear a tu marca, ¿qué querías causar en las personas?
Quizás más que la visión o misión de marca es ese motor que la impulsa a ser distinta, un propósito, un objetivo claro.
Un buen punto aquí es que las personas cada vez más prefieren invertir en marcas que tengan un propósito social de fondo.
Cuidar el medio ambiente, ofrecer moda sostenible, apoyar a mascotas, ¡cualquier cosa que genere comunidad es ganador!, piensa si te gustaría hacer parte de esto.
No queremos decir que eso es lo único que tienes para ofrecer, pero hoy en día sí que está ayudando a las empresas.
La solución
Como lo dijimos anteriormente, puede que tu empresa ayude a resolver un problema puntual de los usuarios.
Así que la propuesta de valor para tu marca, debería incluir en su discurso cómo lo soluciona. Piensa qué hay detrás de lo que vendes.
Amamos los ejemplos porque creemos que con ellos es mucho más fácil comprender toda la información, por eso aquí te damos otro:
¿Cuál solución ofrece una tarjeta? Varias: ahorra tiempo por no tener que retirar efectivo o contar la plata del cambio.
También evita el contacto porque cuenta con un chip que permite pagar sin necesidad de ingresar la clave.
Incluso derriba las fronteras, porque con pocos clics se puede obtener lo mejor de grandes tiendas del mundo.
Mejor dicho, no importa el sector de tu marca. ¡Siempre hay un valor agregado para destacar!
Sé creativo al contarlo
Ahora por favor, no construyas la propuesta de valor para tu marca con un texto ladrillo que nadie quiera leer o sea difícil de entender.
Olvídate de hacerlo como una misión que sirve para impulsar más al público interno (fuerza de ventas) que al externo (clientes).
Y gózate el camino cuando lo estés construyendo. Ve al grano, sé breve y contundente, con pocas palabras puedes decir mucho.
Piensa por ejemplo en un concepto para una campaña, esa frase de donde se apalancará el resto de la comunicación.
Esa que conecta, que pretende mover emociones y a la vez, impulsar la acción esperada por parte de los consumidores.
Así mismo construye ese concepto o propuesta que sea vigente en el tiempo, que tenga kilometraje y te dé mucho por hablar.
Piensa en palabras que no sean comunes en tu industria, evita esos comodines del lenguaje que se vuelven la zona de confort para las marcas.
No te parezcas a la competencia
Ahora, con esto último que mencionamos, evitar esas palabras “comodines” también te ayudará a diferenciarte de la competencia.
Haz un buen trabajo de investigación antes de crear la propuesta de valor para tu marca. Mira qué ofrece la competencia.
Esto te será útil a la hora de crear porque encontrarás una forma de no caer en lo mismo ¿cómo? Pues tomando lápiz y papel.
Así de simple, anota todo lo que veas y revisa eso que tienen en común, ahora dale la vuelta a las ideas para contarlo distinto.
Y no solo contarlo, si puedes desde el mismo producto o servicio intenta ofrecer algo que sea un plus (que ninguno otro promueva).
¡Dale rienda suelta a las ideas!
Muchos consejos, ahora toma esa hoja en blanco y ponte a crear. Respira, busca un lugar inspirados y crea tu propuesta.
Piensa no solo como empresario que está comunicando un servicio o producto puntual, sino también como comprador.
¿A ti te movilizaría esa propuesta, comprarías por ella, cambiarías de decisión? ¡No te quedes solo con tus ideas, pregunta, valida, testea!
Busca una pequeña muestra de tu público potencial y analiza con él si qué entienden, cómo ven reflejada esa propuesta y pule antes.
Así tendrás la base para salir al público con una idea, una frase, una emoción que la saque del estadio.
Tranquilo, si aún no has encontrado la forma correcta de hacerlo, nosotros podemos ayudarte, porque vibramos con las marcas.
Y de esta forma pensamos en ideas que no solo sean potentes desde la comunicación, sino que sean efectivas en los resultados.