Al momento de crear muchas ideas se vienen a la mente… historias por contar. Ahí es cuando la guía de estilo para marcas es vital.
No es suficiente con tener claro que quiere la marca y hacia dónde va (aunque por supuesto es relevante), pero el cómo es fundamental.
Cualquier marca por pequeña que parezca o en el ciclo en el que se encuentre, necesita unos parámetros claros para comunicar, vender, conectar.
Es como determinar esas reglas básicas, eso que necesita y lo que no le haga falta, ni le sume, ni le aporte en su crecimiento.
Para eso se cuenta con esta guía de estilo de marcas, que muchas veces es tan útil que cualquier persona puede usarla para crear.
¿Por qué es tan importante?
Lo primero que podemos mencionarte es que gracias a ella se crea una unidad en cuanto a la comunicación, el tono, el lenguaje.
Las personas reconocen una marca incluso sin tener un logo, porque tiene esa identidad tan sólida que no hace falta mucho adicional.
Y eso se logra gracias a un fuerte trabajo de mensajes, comunicación, fotografías, texturas, animaciones y demás ya establecidas.
Otra de las razones, es que no importa si una compañía decide cambiar de empleados, de agencia creativa o aliados.
Con esta guía, cualquier persona podrá tener claro lo que es permitido hacer y lo que no, para que la marca siga sin cambios aparentes.
Es decir, aunque se cambie el personal que hay detrás la marca sigue viéndose igual, sin cambios significativos de cara al consumidor.
¿Vas viendo un poco más lo relevante que es contar con una? Aún tenemos más para contarte y consejos por compartirte.
¿Qué debería tener la guía de estilo para marcas?
Quién eres
Para iniciar, cuenta la historia de la empresa, quién eres, qué haces, qué te motivo a ofrecer lo que vendes, en fin.
Esos detalles que muestren la emoción que hay tras la creación de un producto. Imagina un niño mostrando su dibujo orgulloso.
Así mismo debes empezar, por ese resumen, esa corta narración que permita saber cuáles son los valores, lo que te caracteriza o tu misión.
De esta forma, quién acuda a este documento (virtual o físico), podrá entenderte más y sentir lo que te mueve a seguir dándola toda.
Puedes también aprovechar un poco para describirte en este espacio… volvamos a los ejemplos: piensa en una entrevista.
Si quieres que alguien te contrate tienes poco tiempo para venderte de la mejor manera, para mostrar que eres el indicado.
Lo mismo pasa aquí, cómo te describirías, qué te hace fuerte y de dónde sale esa fuerza (herencia familiar, estudios, pasiones), mejor dicho…
Cuéntalo además con tu tono, si es romántico haz que todo ese documento transmita eso, si es humor, que quién lo lea sonría.
De tal forma que conectes de entrada con esa primera carta de presentación que tiene tu empresa, con esa “puerta al mundo”.
Tu público
Luego de tu historia, es importante que te vayas al motor o el corazón de lo que te moviliza como empresa: tus compradores.
¿Quiénes son esas personas a las que quieres conectar? ¿Acaso es solo un grupo al que se le puede llegar de igual forma?
O por el contrario has detectado que hay pequeños subgrupos que comparten gustos, hábitos, etc., y que por eso debes comunicarles distinto.
Sé suficientemente detallado, incluye no solo esos datos de edad, gustos, pasiones, formas de consumo, entre otros rasgos, que te aporten.
También es recomendable establecer una serie de arquetipos en donde a través de ejemplo le pongas profesión, nombre y demás a tu o tus clientes.
Así será mucho más sencillo encontrar la forma de conectarse con ellos, de establecer un discurso y de relacionarte.
Los colores y la imagen
Otro de los infaltables en cualquier guía de estilo para marcas, es pensar en el uso de los colores que son característicos.
Como lo mencionamos anteriormente, esos colores permitirán crear una fuerte identidad visual, posicionamiento y reconocimiento por parte del consumidor.
Pero además de decir o dejar representados de forma visual los que son permitidos, deja claro cuáles no debe usar tu marca.
No tienes que hacer una extensa justificación, pero no está de más que aclares el porqué, que des algunas razones para no hacerlo.
Además de esto, tendrás que dedicar un espacio para mostrar las imágenes que describen perfectamente a tu marca.
Esas fotografías o ilustraciones (en caso de que se puedan o las quieras incluir), que tengan una línea gráfica o colorización definida.
Muestra los íconos, si por ejemplo, alguien quiere diseñar cualquier pieza de comunicación, con qué tipo de íconos se puede apoyar.
Dentro de las imágenes podríamos incluir las tipografías, porque más que foto es la imagen de la marca en general.
Describe la familia o las fuentes que se deben usar y con ejemplos muestra cómo se podrían diagramar en algunas piezas específicas (banner, mail).
Algo muy importante a tener en cuenta es el uso permitido de las márgenes, los contenedores, bloques de texto e incluso botones. ¡No los olvides!
El tono
Así como en la parte que tienes destinada para contar historias (en ese inicio de esta guía), así debes hacer aquí: usar el tono correcto.
Explica detalladamente cuál es la forma en que hablaría tu marca si fuera una persona: lejana, cercana, de tú, vos, usted ¡todo importa!
Usa ese mismo lenguaje para ir mostrando los infaltables en cuanto al lenguaje verbal o escrito de la marca.
Si tienes segmentos (agrupaciones de tu público por hábitos de consumo, etc.), muestra también si acaso tienen alguna diferencia en palabras, cercanía o forma.
Adicional a todo esto, es muy ganador y aporta bastante, el hecho de poner ejemplo de palabras que serían utilizadas por tu marca.
Además, así como lo hiciste con las imágenes o fotos permitidas, colores y demás, describe cuáles términos no son para nada válidos.
¡Hay mucho más!
No creas que lo que te hemos mencionado es lo único que se debe tener en cuenta para crear una guía de estilo para marcas.
Más bien lo podríamos llamar como esos infaltables que se deben considerar al momento de estar desarrollando la tuya.
Si lo que te hemos explicado te ha gustado y quieres explorarlo más a profundidad, escríbenos o llámanos.
En poco tiempo podemos darte más consejos, contarte qué más debe tener tu guía e incluso ayudarte a hacerla si no cuentas con el aliado.
Lo más importante de este contenido es que entiendas que aquí, posiblemente, está el corazón de tu marca y debes cuidarlo.